A lo largo de estos meses, hemos identificado cierto número de malas prácticas que ponen en riesgo las ventajas del trabajo en casa, pero lo más sorprendente es que la mayoría de estas malas prácticas se originan en la empresa, no en el empleado. 

Por eso, si el trabajo remoto hoy es parte de tu cultura organizacional, aquí hay una lista de cinco malas prácticas que debes evitar para poder garantizar una experiencia satisfactoria y productiva del trabajo 2.0. Recuerda que si tú te apegas a buenas prácticas ¡tus colaboradores también!

Malas prácticas de teletrabajo que debes evitar como empresa

1.- Exigir productividad sin ofrecer herramientas más eficientes

Si ya es difícil gestionar la productividad cuando estamos en la oficina, en el trabajo desde casa hay muchos aspectos adicionales que están fuera de nuestro control. No es sensato exigir a nuestros colaboradores el mismo nivel de eficiencia o incluso más del que tenían cuando laboraban de forma presencial en nuestras instalaciones, si no les ofrecemos herramientas especialmente diseñadas para ello. 

Los dos ejemplos más importantes son los softwares de monitoreo remoto y los sistemas de gestión de proyectos y trabajo en equipo. Ambos son pilares fundamentales para la productividad en el home office y si no los estás habilitando no sólo pierdes muchas ventajas de productividad frente a tu competencia, también te arriesgas a que tus colaboradores estén cada vez más sobrepasados por el trabajo. 

2.- No dar retroalimentación puntual sobre el desempeño

Decirle a un colaborador que “tiene que esforzarse más” es exactamente igual que no decirle nada. La retroalimentación siempre debe estar acompañada de ejemplos puntuales de las áreas que se busca mejorar, de alternativas eficientes para enfrentar esas áreas de oportunidad y sobre todo, de un reconocimiento a lo que el empleado sí está haciendo correctamente. 

Desgraciadamente, si solo tenemos acceso a los resultados y no al proceso de trabajo que llevó a esos resultados ¿cómo vamos a darle al empleado una retroalimentación que realmente le sirva para mejorar? Por eso es tan importante tener habilitado un sistema de monitoreo y seguimiento. 

3.- No cuidar la salud mental y laboral de tus colaboradores

Si ves que un colaborador se conecta a trabajar a altas horas de la noche o termina haciendo demasiadas horas extras, esto para nada es un motivo de orgullo ni significa que “se está poniendo la camiseta”, significa que, o le estás imponiendo demasiada carga de trabajo, o no está sabiendo administrar correctamente su tiempo. En ambas situaciones, te corresponde a ti como empresa ofrecer soluciones y estrategias de productividad viables para proteger su salud y su equilibrio.

4.- Asumir que tus empleados deben ”esforzarse más” porque están trabajando desde casa

Para muchas empresas y gerentes es sencillo asumir que, ahora que los colaboradores no pasarán una hora o más desplazándose, y que trabajan desde la “comodidad” de su sala, tienen que rendir el doble o el triple. Pero frecuentemente olvidan que en casa hay mil y un distractores que son muy difíciles de evadir, especialmente cuando hay niños.

Para los empleados, la doble presión de trabajar en un sitio que no está bien adaptado para enfocarse y ser productivos, más las expectativas crecientes de la empresa sobre su desempeño puede convertirse en una receta perfecta para el burnout o para terminar renunciando, lo que acarrea gastos de rotación de personal mucho más grandes a la compañía que si sencillamente hubieran invertido en cuidar un poco más a su personal.

5.- Caer en el micromanagement

Recientemente te explicamos a detalle en nuestro blog qué es el micromanagement y por qué es tan nocivo, pero si todavía no lo conoces, te lo explicamos rápidamente; el micromanagement es querer tomar control absoluto de cada cosa que tus colaboradores hacen o dejan de hacer. 

Un par de ejemplos sencillos: habilitar un software de seguimiento y analizar las estadísticas semanales de productividad de tus empleados está muy bien, pero analizar qué están haciendo momento a momento e interrumpirlos con mil cuestionamiento es micromanagement. Tener una junta semanal con tus colaboradores está muy bien, pero querer que todos den razón a detalle de cada cosa que hicieron desde la última junta es micromanagement. Orientar a tu equipo y establecer metas claras es una gran idea, pero impedir que utilicen su creatividad y que se autogestionen para lograr esos objetivos, es micromanagement.

El micromanagement es una de las malas prácticas y fuentes de queja más comunes del trabajo remoto, y poner el énfasis en contrarrestarlo suele ser una medida eficaz para mejorar mucho la dinámica laboral y el clima organizacional. 

¿Cómo contrarrestar estas malas prácticas?

Tener una buena cultura del trabajo remoto no es fácil, especialmente si tu empresa fue una de las miles que tuvieron que migrar a esta modalidad de un momento a otro. Seguramente tus colaboradores y tú ya encontraron algún tipo de equilibrio, pero no tienes porqué conformarte con que las cosas “medio funcionen”.

Estás en el mejor momento para convertirte en una organización que realmente le saque todo el provecho al home office, y que mitigue sus riesgo para que la productividad, bienestar y satisfacción del empleado realmente se conviertan en parte de tu activo humano

¿Cómo lograrlo?

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